Texto
Prohibido ser pobre
El criminal nace, no se hace, decía el médico italiano Cesare Lombroso, que se vanagloriaba de reconocer al delincuente por sus rasgos físicos, a simple vista.
Para confirmar que el homo criminalis nacía predestinado al Mal, el médico brasileño Sebastião Leão midió y estudió a los presos de la cárcel de Porto Alegre. Pero sus investigaciones revelaron - que la fuente de la delincuencia era la pobreza, no la biología;
- que los presos negros, miembros de una raza que se consideraba inferior, eran tanto o más inteligentes que los otros;
- que los presos mulatos, miembros de una raza que se consideraba débil y degradada, habían llegado tan campantes a la vejez;
- que bastaba leer los versos escritos en las paredes para comprobar que no todos los delincuentes eran brutos;
- que los estigmas físicos que Lombroso atribuía a los amigos del cuchillo, mentón prominente, orejas aladas, colmillos salientes, eran menos frecuentes en la cárcel que en la calle;
- que la falta de barba no podía ser una característica de los enemigos del orden público, como Lombroso afirmaba, porque entre los muchos presos de Porto Alegre no había más de diez lampiños;
- y que el clima ardiente no favorecía el delito, porque los índices de criminalidad no subían en verano.
Eduardo Galeano. ESPEJOS – Una historia casi universal. Buenos Aires, México, Madrid, 2008, pág. 250.
Dos médicos, dos puntos de vista.
Con base en los resultados obtenidos por el médico brasileño se puede concluir que la afirmación de su colega italiano es:
l. un avance científico;
ll. una liviandad;
lll. un prejuicio;
lV. una intuición genial;
V. un apriorismo.
La secuencia con todas las correctas es:
II - IV - V
I - II - IV
II - III - V
I - III - IV