TEXTO:
Panteísmo
Así habla el Dios de Spinoza: deja de rezar y
disfruta de la vida, trabaja, canta, diviértete con todo lo
que he hecho para ti. Mi casa no son esos templos
lúgubres, oscuros y fríos que tú mismo construiste y
[5] que dices que son mi morada. Mi casa son los montes,
los ríos, los lagos, las playas. Ahí es donde vivo. Deja
de culparme de tu vida miserable. Yo nunca dije que
eras pecador y que tu sexualidad fuera algo malo. El
sexo es un regalo que te he dado para que puedas
[10] expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. No me culpes
de lo que te han hecho creer. No leas libros religiosos.
Léeme en un amanecer, en el paisaje, en la mirada de
tus amigos, en los ojos de un niño. Deja de tenerme
miedo. Deja de pedirme perdón. Yo te llené de pasiones,
[15] de placeres, de sentimientos, de libre albedrío. ¿Cómo
puedo castigarte si soy yo el que te hice? Olvídate de
los mandamientos que son artimañas para manipularte.
No te puedo decir si hay otra vida. Vive como si no la
hubiera, como si esta fuera la única oportunidad de amar,
[20] de existir. Deja de creer en mí. Quiero que me sientas
cuando besas a tu amada, acaricias a tu perro o te bañas
en el mar. Deja de alabarme. No soy tan ególatra. Así
habla el Dios imaginario de Baruch Spinoza, filósofo
panteísta del siglo XVII, judío sefardí, fundador de una
[25] escuela mística, de la que se han nutrido jipis, gurús,
vendedores de semillas de calabaza y otros profetas de
la moderna espiritualidad. Si existiera un Dios tan esteta
y se hiciera visible, se le podría exigir que explicara el
dolor de tantos inocentes, los millones de niños que
[30] mueren de hambre, la violenta depravación de muchos
hombres con las mujeres, el instinto de matar que ha
inscrito en las entrañas del ser humano. El Dios de
Spinoza fluye sobre los verdes valles, sobrevuela las
cumbres de nieve, se confunde con los ríos
[35] incontaminados, con los delfines azules, con las risas
de los niños. Pero el mal no se corresponde con esa
belleza. Ese Dios nos dice: dejad de pedirme cosas.
¿Me vais a decir a mí cómo hacer mi trabajo? Yo soy
puro amor. Entonces, tendrá que explicarnos por qué
[40] allá donde vuelves el rostro no encuentras en este perro
mundo más que maldad, guerras, basura moral, lágrimas
y sangre de inocentes, que también forman ríos y mares.
VICENT, Manuel. Panteísmo. Disponível em:< http://elpais.com/elpais/2012/10/06/opinion/1349545933_741485.html> Acesso em: 12 out. 2012.
Sin alterar el significado en el texto, es posible sustituir
“lúgubres” (l. 4) por apagados.
“miserable” (l. 7) por perverso.
“dolor” (l. 29) por enfermedad.
“mal” (l. 36) por hechizo.
“también” (l. 42) por asimismo.